Cuando el verano acaba y llega el otoño, los días se hacen cada vez más cortos y la luz es cada vez menos intensa. Esta es la manera con la cual los árboles "saben" que se deben preparar para el invierno.
Comienza a aparecer un sinfín de colores en nuestros jardines, calles y plazas. Las temperaturas bajan y los días se acortan. Los árboles se hipnotizan con el otoño y sus hojas toman color de pétalo. Es un momento intenso, marcado por la plenitud de color y el acompasado deshojarse de los árboles con el viento, personalmente me encanta ver las hojas debajo de estos ornamentales y me parece muy relajante el sonido de las mismas con el viento o al pisarlas.
No debemos podar los árboles solamente para: no barrer la vereda, porque tapa algun desague, para que el árbol crezca más fuerte y sano, queda más prolijo, para ver mejor el cartel o la vidriera, es muy grande o muy viejo o por la costumbre de que hay que podarlos.
Las especies de hojas caducas, que caen en otoño (robles, acacias,fresnos) se pueden "no es necesario" podar en época de frío que es cuando la planta tiene altas sus reservas. Es decir que el mejor momento para podar es a fines del invierno, para evitar el frío intenso y siempre antes de que comience la brotación.
El peor momento para la poda es el de la formación de la hojas, y cuando estas están cayendo, ya que pierden las reservas necesarias para la formación de raicillas.
Así como en lineas generales la temporada de poda se extiende desde fines de mayo a mediados de agosto, como regla debemos atender la necesidad de realizarla en la época del receso vegetativo de cada especie.
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En general ninguno necesita poda, pero si hay que hacerlo que sea conservadora y correctamente.